martes, octubre 12, 2004

Por fin, la primera entrega.

A media hora de cumplirse el plazo, envío la primera entrega para el taller literario. En el límite, como siempre. Pero me disculpa -o al menos, yo sí lo hago- la semana asfixiante entre briefings incordiantes y ansiedad compulsiva -y convulsiva-. Y así, con el texto, también termino con el proyecto espantoso para una consultoría que me ha robado la calma. Mañana entrego. Entrego esta gangrena y me libero del miembro muerto que me impide moverme con libertad. Respiro. Tomo como si fuera nuevo el aire frío del otoño y pienso de nuevo en escribir en mi agenda-diario qué me pido para estos días a estrenar: volver a cuidarme, hacer ejercicio, comer sano, comprarme unos patines, leer, leer, leer, escribir mi siguiente trabajo, tejerme una bufanda de no-sé-qué color, comprarme un abrigo y unas botas y unos zapatos de tacón, escribir una carta y un mail que he prometido a alguien, comprarme un billete a Londres...


Web stats