lunes, agosto 29, 2005

Para escribir cosas feas, mejor no escribo.

Es que estoy tan triste últimamente que sólo se me ocurren quejidos y pucheros.

Pero es cierto que también puedo escribir a dos pies del suelo, sonreír y perder las pupilas por ahí. Procedo:

Terminé “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón. Un best seller fácil y entretenido que además, está bien escrito. Me sorprendió -no sé si porque los novelistas primerizos son así, o porque él es así- su empeño por dejar cada cuestión zanjada. Me imaginaba al buen hombre con un esquema a base de post it e hilos de colores sujetos con chinchetas para enlazar cada trama, dato o relación física con su correspondiente, al estilo de la policía en un film americano, cuando tratan de encontrar a un asesino en serie por todo el estado de Wisconsin (por ejemplo). Qué barbaridad, qué alarde de coherencia. Y aún con eso, y a pesar de que en el final complaciente quizá vi asomar la mano de un editor, me pareció un libro donde no sólo se esforzaba el tal Zafón en trazar una historia con sentido del humor, de la novela, de los sentimientos humanos, sino también en dejarla retratada con imágenes visuales muy sugerentes y unos diálogos estupendamente recreados. Lo mejor: amén de un argumento intrigante, con notas sentimentales y algo de historia patria, que nunca viene mal, disfrute muchísimo con el personaje de Fermín Romero de Torres, que singular como era, parecía tan real como cualquier calavera de la postguerra de los que nunca conocimos.


(También, podría comentar las exposiciones de Juan Gris y de Joan Massanet en el Reina Sofía, pero he dicho que para poner cosas feas, mejor no digo nada. Bueno, aclaro: no es que las exposiciones no tuviera buenas obras, es que personalmente, uno y otro me parecen un mal día en la vida de Picasso y Dalí respectivamente. Pero es una opinión personal, repito.)

5 cosas que no pueden esperar...

At 8:05 p. m., Blogger Accidente me confesó que...

Lo de Zafón tiene su lógica. El hombre se ganaba la vida como guionista de cine y tele (creo que ha estado el último año preparando el guión cinematográfico de 'La sombra del viento'). Supongo que de ahí le viene su querencia por dejar las tramas bien cerraditas, para que luego no se le queje el director de turno.

Xx

 
At 7:30 p. m., Blogger demoniostusojos me confesó que...

Aunque reconozco que me enganchó al principio, no consigo acabar el dichoso libro (noto las malas vibraciones de quien me lo dejó...y lo suelto al momento); en fin, habrá que cambiar de ejemplar.

No estés triste, chiquilla, que si no acabarás en las sombras...como yo.

 
At 1:51 a. m., Anonymous Anónimo me confesó que...

Pues en mi pueblo a eso le llaman oficio, escribir bien y saber atar todos los cabos. Hay que tener ganas de buscarle los tres pies al gato y pasarse de listo para quejarse de una novela que, excepcionalmente, esta bien resuelta, como si eso fuese un defecto. A mi me parecio la novela mejor escrita y mejor construida que he leído en 15 años por lo menos y la suficiencia con la que hablais de ella me parece patética. A vosotros os querría ver escribiendo tres lineas seguidas que valgan la pena leer, porque lo que es en este blog, nada de nada.

 
At 10:44 a. m., Blogger demoniostusojos me confesó que...

Mire usted, algunos tenemos educación matemática -lo cual viene muy bien, no se crea- y, desde pequeñitos nos enseñan que el mundo no es digital (ceros y unos/blanco y negro), sino analógico (todo es más o menos gris...) ¿Puedo afirmar sin temor a público escarnio que, pese a haber leído tres veces Cien Años de Soledad, prefiero por mil razones El dios de las pequeñas cosas? ¿puedo afirmar, también yo, que me gusta infinitamente más Picasso que Juan Gris? ¿Puedo gritar que Joan Miró es un timo? (¡Joder!, ¿eso que ha caído es un rayo?; humm, ha estado cerca...)

Es verdad, no sé escribir tres líneas seguidas que valgan la pena. Pero, ¿sabe usted?, me da igual. ¿Nunca le han dicho que leer es un acto creativo, tanto o más que escribir? Por el amor de dios (con minúscula, por favor), ¿a qué escuela fue?

¿Conoce a Einstein?, sí, seguro que sí, era un poco vedette...¿Conoce a Feynman? ah, ¿no?, pues busque, busque...todo un ejemplo de alegría, tolerancia y, sobre todo, inteligencia.

 
At 11:31 a. m., Blogger C* me confesó que...

Laura, querida, he leído un par de veces tu comentario y he tenido que releerme lo que había escrito porque dudaba de haberme expresado bien. Ahora sólo deduzco que has tenido más urgencia en insultar que en leer. Creo que dejo bien claro que me ha parecido un muy buen libro, aunque no quita que tenga mis -pequeños, creo- apuntes.

Pero me si me avengo a contestarte es para decirte que opinar es sano, ¿o no te has quedado a gusto diciendo qué te ha parecido el libro y de paso, cómo escribo yo? Pues eso. ¿Sabes qué es también muy saludable? Escuchar a los demás qué tienen que decir y aceptar su opinión como lo que es. La violencia con la que escribes sólo te deja a ti mal, y por ende, que tu opinión casi transparente
.
Rey Sombra, es cierto, la vida es vida porque tiene matices. Sólo es negra, la negra sombra.

Gracias a los 3 por leerme.

 

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