lunes, mayo 30, 2005

Resaca

No hay palabra mejor para esta sensación de mareo rasposo. Re-sa-ca. Me encanta cuando las palabras no son simples uniones de sonidos aleatorios, sino que todos ellos contribuyen a un resumen sonoro y apreciable del significado. Re, que te arrastra, sa, que te suelta y te deja caer, ca, que te da rotundo en la cabeza.

El Festival de El Sol de este año me ha dejado más resaca que de costumbre. Físicamente ya sólo quedan las notas discordantes de una afonía que dura más de la cuenta. Anímicamente, mucho peor. Las fiestas, o los grandes acontecimientos en general, lo encumbran a uno para dejarlo caer desde el mismísimo éxtasis. Millones de saludos, palabras amables, sonrisas de pegatina, maquillaje perfecto, pintas estudiadas, reencuentros incómodos… A mi me tocó lidiar con el peor. Un ex ligue que se fue por la puerta de atrás. Y como ocurre con este tipo de reencuentros, pasó exactamente lo que mis fueros internos me dictaban y yo intentaba ignorar: nada. Ni una disculpa ni una reconciliación. Nada de nada, en serio, palabras vacías. Y eso aumentó mi resaca unos cuantos grados más hasta casi rozar el suelo…

Lo bueno es que con el tiempo, y después de muchas, sabes que la resaca convierte los recuerdos en un irreal cuento para no dormir. Mañana no sabré ni quién me lo contó.

(Pero cómo en un buen cuento de miedo, aunque parezca que todo fue un sueño, siempre queda una prueba que nos hace dudar: GPS de El Mundo.es )

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